¿Sabías que la madera que usamos hoy en día no es la misma que la que se usaba hace siglos?

La diferencia es más que evidente cuando comparamos una viga de madera antigua y una de madera nueva de crecimiento rápido. En la imagen que te muestro a continuación, puedes ver que la madera antigua tiene 60 anillos de crecimiento, mientras que la nueva solo tiene 16. Esto significa que la madera antigua tardó mucho más tiempo en crecer y que proviene de árboles que vivieron cientos de años. La madera nueva, en cambio, se cultivó con el único propósito de ser utilizada como madera, y se cosechó en pocos años.

¿Qué implica esta diferencia?

La madera antigua es más densa, más resistente, arde más lentamente y es más resistente a los insectos que la madera nueva. La madera nueva es más ligera, más barata, más fácil de trabajar y más abundante que la madera antigua. Sin embargo, la madera nueva también tiene más defectos, se deforma más fácilmente, se pudre más rápido y es más inflamable que la madera antigua.

La madera antigua proviene de bosques naturales, de los cuales quedan muy pocos en el mundo. Estos bosques albergan una gran biodiversidad y son esenciales para el equilibrio ecológico del planeta. La madera nueva proviene de plantaciones forestales, que son monocultivos que ocupan grandes extensiones de tierra y que pueden tener impactos negativos sobre el suelo, el agua y la fauna.

Como puedes ver, la madera que usamos hoy en día no es la misma que la que se usaba hace siglos. La madera antigua tiene un valor histórico, estético y ecológico que la hace única y especial. La madera nueva tiene un valor económico, social y práctico que la hace accesible y útil. Ambas tienen sus ventajas y desventajas, y debemos usarlas con responsabilidad y conciencia.

Aquí te dejo la imagen que muestra la impresionante comparación entre una viga de madera antigua y una de madera nueva de crecimiento rápido. Espero que te haya gustado este post y que lo compartas con tus amigos. ¡Hasta la próxima!